lunes, 24 de octubre de 2011

SIMPOSIO NACIONAL DE HISTORIA URBANA. RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA LOCAL

Del 10 al 11 de noviembre de 2011 se llevará a cabo en la ciudad de Neiva el Simposio Nacional de Historia Urbana, Recuperación de la memoria local, organizado por la Academia Huilense de Historia.  La convocatoria se puede ver completamente en la imágenes mostradas a continuación:



martes, 14 de junio de 2011

15 de junio: Día del Huila

Mañana miércoles 15 de junio, es el Día del Huila o de la Huilensidad. Se celebra el Centésimo Sexto (106) aniversario de la creación del Departamento del Huila.  Por tal motivo la Gobernación del Huila y la Academia Huilense de Historia, realizarán un acto cultural, a las 5:00 p.m.  en el salón Tierra de Promisión del Centro Cultural y de Convenciones José Eustasio Rivera Salas. 
Intervendrán en nombre de la Academia don Reynel Salas Vargas y en representación del gobierno seccional el doctor Luis Jorge García Sánchez, Gobernador.  En este acto será condecorado con la Orden de La Gaitana, el Honorable Académico don Roberto Liévano Perdomo.

lunes, 6 de junio de 2011

Neiva, Reseña Histórica

NEIVA
Reseña Histórica

Por: Camilo Francisco Salas Ortiz
Presidente de la Academia Huilense de Historia

Nombre:
Varias son las hipótesis en torno al origen del nombre de Neiva.

Sostienen algunos que fue dado por los peninsulares, dada su semejanza con un lugar de Portugal,  ubicado en la parte occidental de la Provincia Viana Do Costelo, cerca de La Extremadura. Sin embargo, al parecer la palabra Neiva tiene su origen más universal: Neiva o Nieva, es el nombre de un río en la Rusia Occidental; también es el nombre de una aldea en Rusia; además, es el nombre de una aldea de Piamonte, y el nombre de un río de Portugal. Naybe, significa culebra en lengua Kuna. Dentro de las crónicas de la conquista se lee “Hubo un famoso valle cuyo señor se llamaba Neiva”; y Juan de Castellanos, el gran cronista de la Conquista huilense, escribe “al fin fueron a dar a las llanuras de Neyba que hallaron bien pobladas”. (Salas Ortiz; 1991. ).

Don Gabino Charry Gutiérrez, padre de nuestra historia, se limita a consignar: “Se le atribuye a Belalcázar el haber dado al país, el nombre de “Valle de Neyva”,  (Frutos de mi Tierra, pág.131); con ello da una pista significativa que descarta al Adelantado Don Gonzalo Jiménez de Quesada,  “Descubridor del Dorado” al nombrarlo como “Valle de las tristezas”.

Según el historiador Gilberto Vargas Motta (1985), “por la semejanza con el Valle de Neyva en Santo Domingo (República Dominicana) le fue dado por los españoles este nombre a la Villa de la Limpia Concepción del Valle de Neiva.
El Valle de Neiva o del Alto Magdalena fue descubierto por el conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada quien lo apellidó Valle de las Tristezas. A los pocos meses siguientes lo visitó Sebastián de Belalcázar dándole el nombre actual. Habiendo disputado los dos conquistadores sobre el término de sus jurisdicciones, el Valle de Neiva quedó bajo el mando de Belalcázar quien ordenó al capitán Juan de Cabrera la fundación de una ciudad”.

En el “Diccionario Indio del Gran Tolima” (1952), el antropólogo y sacerdote Pedro José Ramírez Sendoya registra diversas versiones sobre el posible origen del nombre de Neiva: “río y aldea rusos; río y poblado portugueses (versión que ha tenido seguidores en nuestro departamento); vocablo Kuna y nombre geográfico de la Isla La Española” (pág.201).

 

NEIVA: TRES VECES FUNDADA.

De acuerdo con la historiografía existente, Neiva fue fundada por primera vez en un lugar ubicado cerca al municipio de Campoalegre, distante de su cabecera municipal unos cinco kilómetros; como un lugar de descanso y aprovisionamiento en medio del ardiente valle del Magdalena, dispuesto para los mercaderes que recorrían el camino que unía a Quito y Popayán con Timaná y Santafé. El sitio es conocido como Las Tapias o Neiva Viejo, según don Gabino Charry Gutiérrez, en Frutos de Mi Tierra. Fue su fundador el capitán don Juan de Cabrera, por orden de Belalcázar, quien lo envió desde Santafé con este propósito.  El 8 de diciembre de 1939, con motivo de la celebración de los 400 años de la primera fundación de Neiva, las autoridades colocaron en el sitio exacto un mojón de piedra, que se conserva. Pero como lo dice Bernardo Tovar Zambrano, “esta fundación fue efímera: al año siguiente debió ser despoblada por el mismo Cabrera, para ir en auxilio de Timaná que era asediada por los nativos. En 1546, Hernando de Benavente, acompañado por Luis Mederos, repobló a Neiva, esfuerzo que resultó igualmente infructuoso”.

El 18 de agosto de 1550, el capitán don Juan Alonso efectuó la segunda fundación, con el nombre de San Juan de Neiva, en el lugar que hoy ocupa la población de Villavieja, en dominio de los indios Totoyoes.

En 1560 se decía que “el temple de la ciudad era muy cálido y malsano; había 14 vecinos encomenderos, muy pobres, quienes habitaban casas de paja; los naturales encomendados a dichos vecinos eran pocos, de mala servidumbre e iban en disminución; las provincias que confinaban con la ciudad estaban ocupadas por los Paeces y los Pijaos, los cuales pasaban de 30.000 indios. En 1569 la ciudad fue destruida por los indios Pijaos, ataque del cual, sin embargo, logró reponerse”. (Salas Vargas, 1997).

“En 1612, don Diego de Ospina, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Limpia Concepción del Valle de Neiva, trasladó la ciudad al sitio que hoy ocupa; al antiguo poblado de San Juan de Neiva le otorgó, para distinguirlo de la nueva ciudad, el nombre de Villavieja”. (Tovar Zambrano, 1995).

Según Vargas Motta (1982), “don Diego de Ospina y Medinilla fue uno de los capitanes del Presidente Juan de Borja durante la guerra de reducción de los Pijaos. Su padre había sido el conquistador de Remedios, en el actual departamento de Antioquia, y, al igual que él, sus actividades económicas estaban fundadas en la minería y la agricultura. A él se le atribuye la introducción del cultivo de la caña de azúcar y la fabricación de azúcar y de melaza, así como  la producción, a escala comercial, de aguardiente en  su hacienda de Trapichito. En premio de la lucha contra los indígenas que impedían la integración del Nuevo Reino de Granada, el Presidente Borja designó a don Diego Gobernador de la Provincia de Neiva en 1610, por tres generaciones, es decir, para él, su hijo y su nieto, como en efecto se cumplió a lo largo del siglo XVII. La Provincia de Neiva corría desde el Macizo Colombiano hacia el norte hasta el río Saldaña en su desembocadura en el río Magdalena”.

La fundación de Neiva por parte del Gobernador de la Provincia, don Diego de Ospina y Medinilla, se cumplió  con la formalidad de la época, tal como lo expresa el Acta que se halló en el Archivo de Indias, en Sevilla, España. (Academia Huilense de Historia, 1956).

La breve existencia de Neiva en sus dos primeras fundaciones hablan de su escasa importancia. “En efecto, el poblado podría concebirse más bien como un lugar de descanso y aprovisionamiento, en medio del ardiente valle del Magdalena, dispuesto para los mercaderes que recorrían el camino que unía a Quito y Popayán con Timaná y Santafé. Sin embargo, cuando don Diego de Ospina fue designado Gobernador de la Provincia y decidió trasladar a Neiva al lugar que hoy ocupa, la ciudad se convirtió en la capital natural de la región, función que cumpliría no solo en lo político-administrativo, sino también en lo económico y social hasta los tiempos actuales”. (Salas Vargas, 1997).

TERCERA Y DEFINITIVA FUNDACIÓN DE NEIVA.

Don José Roberto Falla, en la Revista Huila, Vol. I, No. 1, de mayo de 1956, narra:

“En su real de minas de Fortalecillas aquel día, 24 de mayo de 1612, amanece don Diego de punta en blanco y más audaz y emprendedor que de costumbre. Le corresponde así por su prosapia, pues es Ospina y Medinilla y a sus honores y dignidades, porque es Justicia Mayor, Gobernador y Capitán General y Alguacil Mayor de la Real Audiencia y Cancillería del Nuevo Reino de Granada. No es para menos, porque en la fecha sí va a cumplir don Diego el empeño –que presentía de largas e históricas consecuencias- ya dicho cuando al fundar el real de minas el 23 de enero del año corriente, ha hecho constar en el auto de rigor su “protestación de fundar una ciudad siendo necesario y porque así conviene al servicio de Dios Nuestro Señor y de su Majestad”. En este día va fundarla de verdad. Todo está dispuesto: los ánimos, el escribano, los testigos, el cura, las caballerías, los arneses, las armas y los indios reducidos para dar base a la fundación.
 “No es muy letrado don Diego, pero si empujador y visionario. Hace meses tiene en el magín el   nombre de la nueva ciudad y el lugar para asentarla. El sitio ideal es el centro del Valle de las Tristezas, a orillas del Río Grande de la Magdalena que será su occidente y entre  los ríos Del Oro y Las Ceibas para ponerle al sur y al norte – de punta a punta- defensas naturales y al oriente la terraza del “Avichinte” ha de quedarle porque la cierra el contrafuerte del cerro de El Chaparro. Ya lo ha escogido don Diego que manda en peninsulares y aborígenes y su voluntad ha de respetarse, aunque le demande desenvainar la hoja acerada.
“El Gobernador y Capitán General ha madrugado y como no le falta  atuendo ni detalle alguno, pica su caballo para llegar presto al sitio ideal. Las tres horas  corrientes que han de gastarse desde Fortalecillas –donde reside hasta ahora- las convierte en una sola a la cabeza de la comitiva que cabalga al galope para no quedar a la zaga. Y ya en el cuadrado arciforme de la llanura arenosa en la cual se alzará la ciudad. Don Diego sofrena la cabalgadura, señala enérgicamente con el brazo los límites de la fundación y a buen paso los recorre como para grabarlos mejor en su memoria de colonizador y en la de su séquito. Abrevan sus caballos en las aguas del Magdalena, Del Oro y de Las Ceibas, porque se le antoja al señor de Ospina y Medinilla que ello haga parte de la previa ritualidad del empeño ambicioso que está realizando y porque es de buen agüero. Y galopa de nuevo hacia el centro de la llanura.
“Don Diego desmonta, atusa el bigote, ordena a la comitiva formar en cuadro sus caballos y que la indiada se acerque, y traza con la espada sobre la arenilla reverberante un cuadrado simbólico de la forma geométrica de la ciudad que nace, ha de declarar fundada y ha de posesionarse, todo en nombre de su Majestad el Rey Felipe. Y va a decir cómo ha de llamarse, porque lo ha pensado bien. Nada que le recuerde al Valle de las Tristezas; mejor aquel Neyva que se le ocurrió a don Sebastián de Belalcázar en 1539. Ha de llamarse “Nuestra Señora de la Limpia Concepción de Neiva”. Y así fue y así será.
“Pero aún no termina las trascendental ceremonia, por faltarle requisitos. De inmediato el fundador ordena sembrar el árbol de la justicia “donde se ejecute donde se mandare por los jueces y ministros della”, lo acuchilla y lo golpea con la espada. La paz de don Diego se altera entonces, ajusta solemne la armadura, se le enrojece el rostro, el penacho del chambergo se agita con la brisa que llega del sur, y mientras el mostacho le huele a jaguar bajo la canícula, empuña agresivamente la espada y en voz alta anuncia que toma posesión del sitio y de la ciudad, y reta –en vano- a que alguien se oponga. Don Diego respira hondo, envaina la hoja y el bigote ahora le huele a gloria.
Lo ritual ha terminado. Pero ante la iglesia, porque su Majestad y todos los súbditos son católicos fervientes, y además el diablo les mete miedo. Pues ahí está el sacerdote Pedro Fernández de Dueñas, presbítero beneficiado, comisionado por la sede vacante, quien en nombre del Arzobispado del Nuevo Reino toma posesión del solarón que don Diego le adjudica; y ha llegado el presbítero Mariano Rodríguez para ser el primer párroco.
“Y agrega el fundador ante el escribano Gonzalo Navarro –porque hay que dejar constancia rigurosa-  que dará “solares a las personas que han venido y pretenden venir a esta poblazón y adelante vinieren a hacer vecindad en ella y que esta ciudad goce de las libertades, prerrogativas y privilegios que se conceden a las nuevas poblazones y pobladores dellas conforme a derecho”. Y repite que la ciudad ha de llamarse “NEIVA” en todo tiempo y “la pone debajo de la Real Corona y de la Gobernación del dicho Nuevo Reino de Granada”.
“Está fatigado don Diego y como lo de los solares ha de ser para otro día, regresa lentamente, jubiloso, al real de minas de Las Fortalecillas a meditar en su obra. A su espalda trota la comitiva. Sueltan espumas las caballerías, sudorosas al sol de verano de ese mayo que ya pertenece a la historia. El Capitán General desmonta en Fortalecillas y garboso cita para el segundo día de junio a la demarcación de la plaza y los solares de su ciudad. En este 24 de mayo de 1612 lo hecho es suficiente.
“Y lo cumple, porque el escribano deja la constancia en la diligencia auténtica:
“En dos días del mes de junio de dicho año, el dicho Gobernador Diego de Ospina, Justicia Mayor, salió del dicho real de las Fortalecillas y fue al sitio donde tiene fundada la dicha ciudad de Nuestra Señora de Concepción para dar la forma y orden y traza de la población  della y con una cabuya que hizo ir midiendo y cuadrando la plaza que ha de tener la dicha ciudad y a lo cual dio diez cabuyas que son trescientos treinta pies por cada frente y lienzo de la dicha plaza quebrada; y luego por cada lado añidió treinta y cinco pies para las calles y desta forma quedó cuadrada la dicha plaza y mandó que cada cuadra de las que fueren dando y poblando sean de la misma medida de a trescientos treinta pies quedando además desto el gueco de las calles de treinta y cinco pies de forma que cada cuadra ha de tener cuatro solares cuadrados y que cada solar a de ser de ochenta y un pies y medio conforme a la medida de dicha cabuya y esto ha de ser en cuadro; y este orden se ha de tener en el ir poblando y fundando la dicha ciudad y en el tamaño y medida de los solares que se fueren dando a los vecinos...”
Todos los que han de fundar la ciudad y acompañan al fundador tiene ya su solar, pero en este día la tarea ha sido dura y larga desde la mañana hasta ahora  que va cayendo el sol. Y don Diego, ensimismado, quiere estar íngrimo en este atardecer. Despacha, con un gesto, a señores e indios, escribano y curas, parientes y allegados y trepa lentamente a la cúspide del cerro de los Chaparros que a la fundación vigila. Contempla desde allí las estacas que distribuyen los solares, la plaza, la parcela de la iglesia.  Una nueva ciudad ha dado al Rey Felipe. Mira sus dominios de Gobernador, que se extienden desde el lejano Páramo de las Papas al sur, hasta Saldañas al norte. Los Pijaos ya no son problema y ha asegurado un franco camino de vinculación con Popayán y Quito. Y dado seguridad a los territorios de la Corona apoyando los fuertes de Timaná y La Plata.
La ciudad será grande, próspera y católica; centro promisorio de desarrollos económicos. Con la ciudad nueva la población comarcana se poblará, se cimentará el imperio colonial, habrá frutos en sus campos y ganados en las dehesas y las indiadas se tornarán mansas y salvarán su alma; el Rey tendrá más reales, quintos y patrimonio, sobre todo ahora que el sol amenaza ponerse en Flandes. Don Diego programa en detalle el futuro de su ciudad. Mañana edificará su mansión en aquel costado de la plaza, cerca de la iglesia y frente al árbol de la justicia. Como hay caña de azúcar habrá aguardiente y estancos, porque necesita rentas. Los alcaldes, cabildos y regidores serán leales y justos.
“Levántase el chambergo para alargar la visión. Al sur divisa el cerro de Curinga donde los indios bravos enterraron las campañas de la primera Neiva que soñó don Juan de Cabrera en 1539; luego al norte columbra los restos de la otra Neiva, la del capitán Juan Alonso, incendiada. No, su obra será definitiva; sin asaltos, incendios, ni traslados. Y para qué meditar más?. Los mostachos le huelen nuevamente a gloria y, mientras lo envuelve la penumbra crepuscular, se santigua y desciende del cerro al trote de su alazán –que alazán tuvo que serlo- emocionado, orgulloso y fuerte como corresponde a un Capitán que le ha ganado una batalla a la historia. Y masculla “Desde el 24 de mayo de este año de 1612 y en todo tiempo, mi ciudad ha de llamarse NEIVA” que fue y así será; don Diego”.

lunes, 23 de mayo de 2011

SESIÓN SOLEMNE


TRICENTÉSIMO NONAGÉSIMO NOVENO ANIVERSARIO DE LA TERCERA Y ÚLTIMA FUNDACIÓN DE NEIVA

ORDEN DEL DÍA


1)   Llamado a lista y comprobación de quórum
2)   Apertura de la sesión por parte del señor presidente de la Academia, don Camilo Francisco Salas Ortiz.
3)   Himnos:
a.   De la República de Colombia
b.   Del Departamento del Huila
c.   De la ciudad de Neiva
4)   Discurso de fondo alusivo a la efemérides, a cargo del Honorable Académico don Jorge Alirio Ríos Osorio.
5)   Presentación del nuevo Miembro Correspondiente, don Olmedo Polanco por el Honorable Académico don Alvaro Falla Alvira.
6)   Juramentación del recipiendario.
7)   Entrega del diploma e imposición del escudo de la Corporación al nuevo académico.
8)   Palabras del Honorable Académico don Olmedo Polanco.
9)   Intervención del doctor Héctor Aníbal Ramírez Escobar, Alcalde de la ciudad de Neiva.
10)              Copa de vino.



Neiva, mayo 24 de 2011

miércoles, 11 de mayo de 2011

Conferencia "Las tres fundaciones de Neiva"

El día jueves 12 de mayo, don Camilo Francisco Salas Ortiz,  presidente de la Academia Huilense de Historia, ofrecerá la conferencia "Las tres fundaciones de Neiva".
El acto se llevará a cabo en el Centro de convenciones, biblioteca departamental Olegario Rivera a partir de las 18:30 horas.
La entrada es gratuita.


jueves, 5 de mayo de 2011

Sesión solemne de la Academia Huilense de Historia

El pasado 29 de abril se llevó a cabo la Sesión Solemne  Centésimo sexto aniversario de la sanción de la Ley 46 que creó el departamento del Huila.  El acto se realizó en el Museo de Arte Contemporáneo del Huila y contó con la presencia de académicas y académicos y otras personalidades de la vida cultural y social de la ciudad. 
El discurso de fondo "Significado del Federalismo en Colombia” estuvo a cargo del académico Delimiro Moreno.  En el mismo se realizó la presentación de la Revista Huila No. 62 Órgano Informativo de la Academia Huilense de Historia que contiene material alusivo al Estado Soberano del Tolima con motivo del Sesquicentenario de su creación el pasado 12 de abril.
Aquí van algunas fotografías de ese acontecimiento tomadas del diario La Nación.



Foto 1: académicos Leo Cabrera, Fernando Torres, Jairo Ramírez, Luz Marina Canencio y Camilo Francisco Salas Ortíz
Foto 2: Académica Luz Marina Canencio, Camilo Francisco Salas, Yolanda Jaramillo, presidenta de la Academia de Historia del Tolima; Jairo Ramírez Bahamón y los secretarios de Cultura, Nubia Monje y Ramiro Falla.

jueves, 10 de marzo de 2011

TALLER DE HISTORIA COMPREHENSIVA DE NEIVA

La siguiente es una comunicación para todas las personas investigadoras que harán parte del proyecto Historia Comprehensiva de Neiva.

Fecha del taller: sábado 12 de marzo de 2011
Lugar:  sede la Academia Huilense de Historia.
Hora: A partir de las 8:00 de la mañana


El programa es el siguiente:

Objetivo:
El taller tiene como propósito establecer un diálogo colectivo sobre cada uno de los trabajos que integran la Historia Comprehensiva de Neiva. Para ello cada autor debe intervenir muy brevemente para presentar u corto informe sobre los siguientes puntos:
1. El enfoque que le está dando a su trabajo
2. El plan temático que está desarrollando
3. Las fuentes de información documentales y bibliográficas en consulta
4. El avance logrado
5. Las dificultades presentadas.

El horario del taller es el siguiente


8 a.m. Iniciación

8.15 a 1 p.m. Presentación de informes de cada autor y comentarios. Se inicia con los trabajos de Historia Colonial, se continúa con los de Siglo XIX, y se termina con los del siglo XX y XXI, siguiento el orden establecido en el Plan Temático de la Historia Comprehensiva de Neiva.
1 p.m. a 2 p.m. Almuerzo
2.15 a 5 p.m. Continuación de los informes de los autores. Comentarios. Clausura del taller.

Por favor, circular esta información a TODOS LOS AUTORES Y AUTORAS, corrigiendo urgentemente el esquema que les dio a conocer en su comunicación don Reynel Salas.
Un abrazo,
Bernardo Tovar Zambrano
Director Científico
Historia Comprehensiva de Neiva


sábado, 19 de febrero de 2011

Una respuesta

El siguiente texto es la respuesta del académico Reynel Salas Vargas al discurso de Don Ananías Osorio, publicado en la entrada anterior de este blog:

Ananías: por fin la respuesta. Sobre la primera parte: interesantes las preguntas. ¿Habrán caido en tierra abonada? ¿Seguiremos repitiendo lo mismo? ¿Seguiremos pontificando con el conocimiento adquirido en el pasado y manoseado por todos? Esperemos a ver. 
Creo que cada época celebra de acuerdo con los intereses que mueven a la sociedad del momento. ¿Es para la sociedad actual un problema la libertad? Puede ser, pero entendida de otra manera. Parece que ya no hay tanto odio o fervor entre los hombres para gritar a voz en cuello que un día fuimos capaces de independizarnos. Creo que a la sociedad actual le pesa el que es hija de generaciones que no han logrado construir la libertad. 
Sobre el puente de la carretera entre Garzón y La Plata, que actualmente se llama el Balseadero, hay una bonita placa que recuerda la administración de Rojas Pinilla, creo. Los arcos del antiguo están al lado y no le he vista placa alguna. El problema es que van a desaparecer con el Quimbo. Sobre la banda: demuestra que la banda centenaria no es centenaria, pues para la retreta hubo que traer banda de Bogotá.
 La segunda parte muy interesante. ¿Qué tal un concurso con unos dos años de anticipación para invitar a historiadores y juristas a meterle mano al tema. 
Felicitaciones. Reynel Salas

Foto: Ananías Osorio Valenzuela (Academia Huilense de Historia)

miércoles, 9 de febrero de 2011

Celebremos en el año 2014 el bicentenario de la promulgación de independencia absoluta de la Provincia de Neiva

Ananías Osorio Valenzuela
Miembro de Número de la
Como miembro de la Academia desde 1992, he tenido la oportunidad de intervenir en tres sesiones solemnes. En la primera, expuse las descripciones dejadas por viajeros extranjeros sobre Neiva; en la segunda, recordé las celebraciones realizadas con motivo del Cincuentenario de la creación de nuestro Departamento; y en la tercera, compartí datos sobre los gustos y disgustos de los jóvenes sobre Neiva. Hoy Don Camilo Francisco Salas Ortiz, presidente de nuestra corporación, ha tenido la deferencia de designarme como expositor, ocasión que me ha permitido rastrear qué pasó en aquel lejano 8 de febrero de 1814, es decir, hace 197 años, qué pasó hace 100 años, y dejar el interrogante sobre qué propondríamos realizar dentro de tres años con motivo del Bicentenario de la promulgación del Acta de Independencia de la Provincia de Neiva.    
Gracias a Don Jairo Ramírez Bahamón quien rescatara de la caneca de la basura unos libros de la biblioteca de la Diócesis de Garzón, contamos con una compilación de documentos relacionados con las celebraciones de varios centenarios. Encontramos entre otros,  documentos del orden nacional sobre la celebración del Centenario de la Independencia de nuestro país, incluido un documento elaborado por Don Gabino Charry en homenaje a los mártires huilenses titulado “Tributo de gratitud dedicado a la inmortal memoria de los próceres de la independencia nacional de la antigua provincia de Neiva” con fecha 20 de julio de 1910, el cual contiene los nombres de los mártires de cada uno de los municipios de la época. En esta compilación encontramos, de manera específica, varios documentos que nos permiten refrescar la memoria sobre el 8 de febrero y las celebraciones realizadas con motivo del centenario de esta fecha y de otros hechos históricos de los departamentos del Huila, Cauca y Tolima.
REALIZACIONES CON MOTIVO DEL CENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE NEIVA
Para conmemorar este hecho histórico se vincularon todas las fuerzas vivas del orden nacional, departamental y municipal, incluido el padre de nuestra historiografía huilense, Don Gabino Charry. Veamos:
En la compilación mencionada atrás, encontramos copia de la ley 29 del 11 de octubre de 1913 con la cual se asocia a la celebración del Centenario de la Independencia de la Provincia de Neiva y ordena que la nación contribuya con la suma de 8 mil pesos para que fueran repartidos en partes iguales en la terminación del puente de la independencia sobre el río Las Ceibas de Neiva, y la construcción de otro sobre el río Magdalena que permitiera la comunicación entre Garzón y  La Plata. Ordena que en estos puentes lleven la inscripción: “EL CONGRESO DE COLOMBIA Y LA ASAMBLEA DEPATAMENTAL DEL HUILA COMEMORAN EL 8 DE FEBRERO DE 1814”. A propósito, el puente sobre el río Las Ceibas no tiene ninguna inscripción; éste y el de Garzón, ¿con cuántos nombres lo recuerdan nuestros pobladores?; ¿o con qué otros acontecimientos los hemos distinguido?, ¿a quién o a quienes se les ha atribuido su construcción a lo largo de estos 100 años?
Otro documento valioso es el “Programa de los festejos para la celebración del centenario de la Antigua Provincia de Neiva” llevado a cabo entre el 7 y el 11 de febrero de 1914. En esos días con la presencia de autoridades civiles, eclesiásticas, judiciales y militares, representantes de las antiguas provincia de la comarca opita y ciudadanía en general, izaron el pabellón nacional, inauguraron varias obras como el “Parque del Centenario” (hoy Parque Santander), celebración de una misa campal e inauguración del Puente de la Independencia” y del Camellón del mismo nombre (Hoy puente sobre el río Las Ceibas y Peatonal “José Eustasio Rivera”), inauguración de la Biblioteca de la Escuela Normal de Institutoras, inauguración de los trabajos del Asilo de Indigentes, lo mismo que la inauguración de alumbrado público, y la colocación de la primera piedra del puente de “Rioloro”. En cada uno de estos eventos llevaron la palabra personalidades como el Sr. Gobernador, (por ese entonces, el Sr. Luis Umaña López), el Sr. Obispo, el Dr. Anselmo Gaitán Useche y Don Calixto Leiva. Tanto el Concejo Municipal, como la Asamblea Departamental celebraron sendas sesiones solemnes con motivo del centenario y en memoria de los mártires. En las tardes se celebraron desfiles, corridas de toros en la plaza de San Pedro, carreras de caballos en el Hipódromo, (¿alguien da razón dónde y cómo se realizaban?), concurso literario, y retretas ejecutadas por la banda militar enviada desde Bogotá.  En las noches se iluminaron las calles, quema de juegos artificiales y cine para el público en general.
Un tercer documento de  la compilación es un pequeño texto de 54 páginas titulado “El Centenario de Neiva. 1814-1914 editado en la Imprenta de la Diócesis de Garzón  en  1914 y  firmado por Don Gabino Charry, Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Historia. Dicho texto contiene un prólogo del autor, una Ofrenda a la memoria de los Próceres de la Antigua Provincia  de Neiva, y una serie de transcripciones de Bandos, Proclamas, declaraciones, juramentos, las 7 Actas de las sesiones del Congreso de Yaguará celebrado en 1811 y el Acta de Independencia de la Provincia de Neiva. Algunos de estos documentos reposan en el Archivo General de la Nación y otros como las transcripciones de las actas del Congreso de Yaguará, al parecer solo reposan en nuestro poder y al parecer tendrían el carácter de incunables.
Como se puede inferir, la celebración con 4 días festivos y sus producciones escriturales, nos muestran ¡cuán viva estaba la memoria histórica de nuestro pasado decimonónico en tiempos de construcción de nuestra identidad como Departamento!
 
CELEBREMOS EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE NEIVA
Pero, ¿por qué históricamente se ha venido celebrando el 8 de febrero como el día que se promulgó el “Acta de la Independencia de la Provincia de Neiva”, tal como se constata con el programa descrito líneas atrás, y tal como se puede constatar con las actas de las Sesiones Solemnes de cada 8 de febrero de la Academia Huilense de Historia con la presencia de las respectivas autoridades de turno? La memoria histórica nos induce a pensar que, si a nivel nacional celebramos el 20 de julio de 1810 como el día en que se produjo una revuelta sellándose con el Acta de Independencia de la Nueva Granada con una postura no muy clara frente al yugo español, en la provincia de Neiva el día 27 de de julio de 1810 se produjo la revuelta continuándose ocho días después con la expulsión del gobernador de la Provincia, y solo el 8 de febrero de 1814 se selló con la expedición del Acta de independencia de la provincia de Neiva, con una postura clara: la del desconocimiento absoluto del yugo español. Y el 31 de agosto de 1815 se dio por aprobada definitivamente la “Constitución del Estado libre de Neiva” ¡Por fin realizamos el acto fundante de nuestra libertad, aunque nos demoramos demasiado! Porque por esos días arribó a Cartagena Pablo Morillo a reconquistar lo “perdido” y con él, muy particularmente, el coronel Ruperto Delgado, quien llegara en 1816 a Neiva y poblados aledaños a arrasar con nuestros hombres y mujeres próceres de la independencia.
Al refrescar la memoria histórica con la ayuda de estos documentos centenaristas,  como trabajadores del quehacer histórico de nuestra comarca opita, como representantes gubernamentales y como simples ciudadanos, tenemos la responsabilidad de conservar la memoria de quienes ofrendaron sus vidas por la libertad y de quienes nos han antecedido en la brega por conservar dicho legado.
Así, en memoria de nuestros mártires y en el marco de la celebración de los 400 años de la fundación de Neiva, se requiere ambientar la idea de preparar simultáneamente la celebración del Bicentenario de la Independencia de la Antigua Provincia de  Neiva a cumplirse dentro de 3 años. Si hace 200 años, pese a ser una región “inerte y débil”, nuestros coterráneos proclamaron la libertad absoluta del yugo español; y si hace 100 años, pese a la pobreza manifiesta denunciada por nuestro primer gobernador, con presencia de todos los organismos gubernamentales del orden nacional, departamental, local y vecinos como las autoridades del departamento del Tolima, celebraron con fervor el Centenario de dicha  gesta; y hoy, pese a continuar con los mismos lastres por culpa de nosotros mismos, y como si no contáramos con recursos provenientes de las regalías petroleras, ¿qué recuerdos de larga duración vamos a plasmar para las generaciones del año 3014?
Entre tanto, solo me  queda un clamor: ¡que el comején, los orinantes y los vándalos no acaben con lo poco que queda del gesto conmemorativo de nuestros coterráneos centenaristas! 
SOSPECHAS SOBRE VACIOS EN TORNO AL ESTUDIO DE LAS NORMAS CONSTITUCIONES DE LA PROVINCIA DE NEIVA
De otro lado, en el marco de esta celebración que se nos avecina, y como resultado de mi lectura del documento rescatado por Don Jairo Ramírez y abocado a leer documentos relacionados con las revueltas y la vida normativa de hace 200 años, infiero que aún no hay claridad en nuestra historiografía. Así, en los textos de Don Gilberto Vargas Motta (1987), de Don Rodrigo Silva Vargas (1996) y de Don Humberto Montealegre Sánchez (2010), sucesivamente presentan avances en la comprensión de esos acontecimientos y normas de la época en la medida en que se han ido apoyando en fuentes primarias ubicadas en archivos del orden nacional. Pese a estos aportes valiosos a la historiografía regional y nacional, en ellos no se aclara con nitidez por qué Neiva no aprobó las conclusiones del Congreso de Yaguará, dónde se encuentra localizada la Constitución de Neiva de 1812, así como qué tipo de constitución era esta, lo mismo que la promulgada el 3 de agosto de 1815, y qué relaciones se pueden establecer entre ellas.
Dada la brevedad de este evento, sólo permítanme expresar algunas ideas. Con respecto al impase de los neivanos con las conclusiones del Congreso de Yaguará, podemos aclararlo con los textos de Don Gabino Charry: Neiva no las acogió por la carga tributaria aprobada en dicho congreso, y por consiguiente, en prevención de posibles desórdenes callejeros. Con relación a la Constitución de Neiva, Silva y Montealegre nos hablan de ella promulgada el 3 de Febrero de 1812 pero sin mencionar dónde se encuentra localizada, dónde y quiénes redactaron dicho texto; inquietud que me la corrobora Rodrigo Llano Isaza, miembro numerario de la Academia de Historia de Bogotá, quien en su obra elaborada a partir de fuentes primarias titulada “Hechos y gentes de la primera República colombiana -1810-1816”(2002), expresa de manera coloquial: “…la tengo perdida…”… Por tanto, pregunto: ¿dónde está localizada esta Constitución de Neiva, aquella que fuera leída y ordenada su publicación el 16 de febrero de 1812, tal como se corrobora con los documentos de Don Gabino Charry y rescatados por nuestro historiador Don Jairo Ramírez? Don Reynel Salas Vargas considera que es la misma aprobada el 31 de agosto de 1815 (publicada por Diego Uribe Vargas en “Constituciones de Colombia). Sin embargo, al leer su preámbulo, los constituyentes de la Provincia aclaran que se trata del Acta Constitucional “acomodada” a lo dispuesto por la reforma a la Constitución de la nación acordada el 23 se septiembre de 1814 y decretos del 1 y 19 de abril de 1815, es decir, según lo dispuesto una vez unificadas las corrientes federalistas y centralistas enfrentadas entre 1810 y 1814. Significa que en esos años de duras confrontaciones políticas internas, circularon no pocos puntos de vista sobre el devenir constitucional del orden nacional y provincial, y no podemos asegurar que se trata del mismo texto. Y para rematar mis sospechas sobre la falta de claridad  en nuestra historiografía, el Dr. Hernando Valencia Villa, abogado y docente de varias universidades de Bogotá y España, en su obra “Cartas de Batalla. Una crítica al constitucionalismo colombiano” (2010), plantea que las Constituciones de la época, incluida la de Neiva de 1815, no resisten un análisis en campos como los de las libertades públicas y la abolición total de disposiciones de la normatividad colonial. Desde este enfoque, entre otros, ¿qué podemos decir de las Constituciones de nuestra Provincia, incluida la de Garzón expedida en septiembre de 1810? (La de Garzón se encuentra anexa en “El Gigante republicano” de Humberto Montealegre (2010). ¿Es posible que nosotros realicemos un estudio comparativo de estas Constituciones en sus contextos específicos? Los antioqueños ya lo hicieron con sus  constituciones de 1812 y 1815.
Para aclarar estas sospechas, si las hay, ¡ojalá sea yo el lector díscolo!, y para contribuir con procesos de comprensión de nuestro pasado normativo, sugiero que, bien en el marco de la elaboración de la Historia de Neiva en homenaje a sus 400 años de su fundación, o bien en el marco del Bicentenario de la Promulgación del Acta de Independencia de Neiva, la junta Directiva designe preferiblemente a un historiador jurista para que entregue a los huilenses un documento con la “Historia de las Constituciones de la Provincia de Neiva” fundamentado críticamente a la luz del derecho constitucional y sus contextos, a partir de fuentes primarias y con los anexos que ameriten ser tenidos en cuenta, entre ellos, las tres constituciones y las conclusiones del Congreso de Yaguará celebrado hace 200 años. Para ello se requiere gestionar la consecución de los recursos necesarios en tanto que no somos cuerpos angelicales, tal como lo puede corroborar el Dr. Guillermo Plazas Alcid, Coordinador de “Neiva 400 años”, al enterarse de los costos que implican investigar.
CELEBREMOS EL BICENTENARIO DEL CONGRESO DE YAGUARÁ
Finalmente, nuestra junta directiva viene estableciendo contactos con las autoridades del municipio de Yaguará para que celebremos con dignidad el Bicentenario del Congreso de Yaguará realizado entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre de 1811. Sugiero que para esa fecha la Academia haga entrega de un número de nuestra revista “Huila” con las 7 actas de dicho congreso  y demás documentos y trabajos que se requieran para la comprensión de este acontecimiento histórico que también atañe a los neivanos.
No podemos permitir que los distractores de la vida posmoderna, invadan y borren la memoria de nuestras experiencias libertarias del pasado y conectora del presente y el futuro. 
Neiva, 8 de febrero de 2011